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Si pasa por tu mente pasa por tu vida

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Mi nombre es Miriam Estephania y mi historia comienza de la siguiente manera. Tengo 19 años de edad, comencé a los 9 años en este hermoso mundo del atletismo. Desde muy pequeña a mí me ha encantado correr, me fascina y por los años que ya llevo, es ya mi estilo de vida, necesito correr para sentirme viva, con energía, para sentirme feliz conmigo misma y contagiar a los demás de alegría.

He competido desde los 12 años en pruebas combinadas, participo actualmente en lo que es la olimpiada infantil y juvenil, he sido campeona estatal 3 años y campeona pre- nacional 2 años. Para lograr todo esto se requieren horas de entrenamientos y kilómetros, actualmente participo son 800 metros y 1500 medio fondo.

No todos comenzamos desde lo más alto de un pódium, a mí me costó muchísimo llegar…a lo que me refiero son a las lágrimas, el dolor de los entrenamientos, lesiones y las enfermedades. Yo me encontraba en mi mejor año que fue el 2014, estuve entrenado diario y sin interrupciones hasta que un día algo raro me sucedió al ir corriendo en un bosque me sentía desesperada, sola, con mareos, sentía que no podía respirar y lo peor, pensaba que iba a terminar desmayada en ese lugar. También mi corazón lo sentía muy acelerado como si me fuera a dar algún paro cardiaco pero nada de eso sucedió, pude regresar al lugar donde acostumbramos entrenar a la pista y así fueron varios días seguidos y continuaba, no podía hablar con mis amigos ni con personas conocidas de mi equipo porque en el momento de hablar con ellos se me salían lágrimas y me ponía muy sensible y era algo extraño por lo cual estaba pasando, hasta que fui con un médico y me dijo, que lo que tenía era un trastorno de ansiedad y así fue; no me podía controlar así que perdí días de entrenamiento, fueron aproximadamente 3 semanas y faltaba una para mi competencia.

Regresé a los entrenamientos, competí y quedé en segundo lugar, por lo tanto, me sentía más o menos satisfecha y logré pasar a la etapa pre-nacional. Continué con los entrenamientos pero seguía sintiéndome un poco mal, por lo cual no presté atención y pise mal y me lesioné el tobillo. Estuve fuera por una semana y a la siguiente semana era mi competencia que marcaría todo, ya que si ganaba conseguiría mi pase a la etapa nacional.

A 3 días que iniciara la competencia mi entrenador habló con todos los que participaríamos y a la mayoría le dijo que tenían la capacidad de llegar al nacional, que habían entrenado bien para lograrlo, mientras tanto a mí me dijo lo siguiente: “no entrenaste, por lo tanto no te exigiré, tú corre como puedas ya que te enfermaste y no trabajaste lo suficiente”. Aún me sentía sensible pero yo solo pensaba en que no debía abandonar, yo deseaba lograrlo.

No quería que nadie me viera ni quería hablar con nadie, llegó el primer día de competencia, corrí los 1500 metros y desafortunadamente, quedé en 4to lugar de 8 competidoras en general; en esta etapa compiten 8 y solo pasa el 1er lugar. Pero me quedaba una oportunidad y la prueba de los 800 metros, yo sabía que podía, tenía mucha confianza en mí, pese a que no entrené lo suficiente tenía esa sed de ganar y de pasar a la siguiente etapa y lo que me había dicho mi entrenador, me motivó más, el creyó que no lo lograría y yo dije “sé que puedo y lo lograré”.

Llego el día de la prueba, me sentía segura y con confianza, escuché el disparo de salida, me coloqué en la última posición, la primera vuelta la pasé en 7º lugar y faltaba una vuelta por lo cual fui remontando posiciones en los últimos 300 metros. Me coloqué en 5º lugar en los últimos 200 metros, me coloqué en tercer lugar y sabía que nada más quedábamos dos, me quedaban los últimos 100 metros, ya no sentía las piernas, era el cierre y ¡corrí y corrí lo más que pude! y gracias a Dios quedé en 1er lugar, consiguiendo mi pase a la etapa nacional, fui la única que lo logró de todo el equipo, los demás se quedaron en el camino.

Yo lo logré porque tuve confianza en mí pese a lo que dijeran, eso me motivó más a seguir adelante, sabía que había sufrido esa enfermedad que no me dejaba ser feliz ni mostrar la sonrisa por la que me caracterizo siempre.

#MiHeroinaSoyYO pese a lo que digan los demás, jamás te rindas, lucha por lo que te apasiona y no dejes que los demás te derrumben, recuerda que son tus sueños, tus metas. ¡NUNCA TE RINDAS!

Actualmente soy estudiante en la Licenciatura en Entrenamiento Deportivo, quiero ser entrenadora y compartir mis experiencias y más que nada quiero decirle a la juventud que opte por camino del deporte y ser grandes atletas. Pese a los obstáculos que la vida te ponga no te desanimes, continúa tu objetivo y llega a tu meta, sabemos que tendremos caídas pero nos podemos levantar y seguir luchando.

Miriam Lavariega

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