Quien no sabe a dónde va jamás llegará ahí. Imagina que te doy mi coche, una tarjeta para gasolina y te pido que lo lleves a mi casa. Aunque tengas las mejores intenciones de hacerlo, si no sabes la dirección será muy difícil que llegues. ¿Cierto?. Lo mismo pasa con nuestras vidas, si no sabemos…
