Carta a mi familia: Carla Anguiano
Empujada por mi jefe, corrí mi primer 5K que fue una pesadilla. Todo cambió cuando vi a la gente aplaudiendo y animándome para llegar. Cinco meses más tarde decidí entrenar para mi primer medio maratón y 9 meses después, descubrí mi gran pasión. Esta carta llegó a mi familia y amigos más cercanos en México y se las comparto:
Querida familia:
Después de 4 meses dedicados a entrenar para correr un medio maratón, quiero decir orgullosamente que estoy lista para pisar la ruta final el domingo 29 de enero. Debo aceptar que la experiencia ha sido una combinación de emociones físicas, mentales y emocionales entre ellas:
1. Levantarme cada sábado religiosamente; comenzando los primeros días a las 5:45am hasta llegar a las 3.30am. En toda mi vida siempre he llegado a esa hora de fiesta, pero nunca me ha tocado salir a esa hora y peor aún para correr. ¡Que satisfacción!
2. Durante cuatro meses corrí aproximadamente 550 kilómetros…..(Eso sólo se hace en carro) osea que si entreno para un maratón completo ya puedo decir que he ido corriendo hasta Monterrey.
3. En mis diferentes rutas de entrenamiento disfruté de muchas lunas, frescos y húmedos amaneceres; lluvia, frío; caminos llenos de árboles, piedras, troncos, arena…. vi el ultimo sol del 2011 frente a la playa mientras corría el kilómetro 8, compartí la calle con un pavorreal (en serio, en ese vecindario salen pavorreales y no perros) y hasta me tocó escuchar al gallo cantar. El 11 de enero recibí un gran regalo de la Chumina en el cielo: un delfín saltando en el agua justo por la ruta donde iba corriendo. ¿Se puede pedir más en la vida? ¡Dios es grande!
4. Me lastimé la rodilla en las primeras dos semanas; terminé con el ortopedista casi llorando y rogándole que me dijera que sí podia seguir. Tuve que parar por 3 semanas para darme cuenta que el cuerpo es perfecto y que también es frágil. Hay que amarnos y cuidarnos y lo más importante, comprobé que el que persevera, alcanza.
5. Medité, medité, medité en cada salida a correr, lloré de satisfacción, me dio risa, saqué estrés. Me imaginé 100 veces cruzando la meta final, felicité a mis piernas por llevarme tan lejos y con mucho ir y venir en mi cabeza, humildemente di gracias a Dios por darme un cuerpo sano y fuerte y entonces, pensé que este medio maratón tenía que dedicárselo a mi amiga Sue (y su batalla contra la Esclerosis Múltiple) y a Armando.
Sue, un día me dijeron que no podía hacer nada para ayudarte y que una forma de demostrarte que te quiero y me preocupo, era participando en las caminatas de MS; así es que después de participar en ellas por casi 5 años, esta vez en lugar de hacer una caminata te regalo mi medio maratón, ¡que cada kilómetro que yo haga en esta carrera, Dios les triplique la salud y mantenga fuertes!
Gracias familia por acompañarme en este viaje, por sus palabras, ánimo, por compartir todo este proceso conmigo, ¡gracias por su interés! ¡Los quiero mucho!
Oppsss….. gotta RUN!……..Talk to you soon!