Soy Corredora Relay, el día que las corredoras nos unimos para romper límites
Lo que yo vi ese 23 de noviembre, nunca se me va a olvidar. Muchos dicen que las carreras son iguales, o al menos se parecen, ¡y eso me daba terror! El Soy Corredora Relay, nunca, jamás, ni en sueños, quería que fuera igual a otras. No lo fue.
Eran las 4:30 am de un sábado cualquiera del divino noviembre. Poco a poco aparecieron ellas, las protagonistas de esta historia. Nunca voy a olvidar sus caras, la mayoría no sabía a qué iba.
Maletas llenas de ropa, comida y muchos sueños. Como si fuera el primer día en la escuela y no conoces a nadie, todas buscaban a sus equipos. Y de pronto, del estacionamiento empiezan a aparecer una a una las otras protagonistas: 20 Mazda CX-30 2020, todas del mismo color, el que representa la pasión con las que corren esas mujeres que estaban a punto de hacer una hazaña que unas horas más tarde, sería volvería una experiencia inolvidable.
Los choferes, entre nerviosos y emocionados, no sabían qué vendría después. Nunca habían estado en una experiencia así. Pero al final, se volvieron el 5º compañero de equipo que ayudaría a las chicas a darlo todo en el trayecto. Cada camioneta iba repleta de agua Zoé, productos Atlesia y un poncho super calientito que ayudó a mitigar el frío mañanero en el Centro Ceremonial Otomí y que después sirvió mucho para taparse entre relevo y relevo.
Para muchas, era su primera vez en el Centro Ceremonial Otomí, estaban impacatadas con la belleza de lugar y los tipos de entrenamiento que se podrían hacer ahí. Yo tenía varios años que no lo visitaba pero la intención siempre fue que la carrera empezara en uno de los lugares más icónicos para los deportistas mexicanos.
Antes del arranque, hablamos de la intención del relay, nos abrazamos y nos deseamos lo mejor unas a las otras. Esa escena fue maravillosa.
En punto de las 8am arrancó la carrera. Tres relevos obligatorios de 6km dentro del pueblo de Temoaya y uno de 11km en el libramiento que obligó a los equipos a no correr durante 800m por seguridad. A partir del km 29 cada equipo hizo su estrategia como mejor lo considerara, sin embargo, las punteras siempre marcaron el ritmo de la competencia, obligando al resto de los equipos a ir más rápido. Cuando nos dicen que si las mujeres nos impulsamos unas a las otras, grandes cosas suceden, es real, en ese momento lo vimos.
El equipo que ganó se llamaba Gacelas y estaba compuesto por Natalia Priego, Tania Chávez, Estephany Velazquez y Tai Ai Sachiko Mora
El segundo lugar fue para el equipo Aldeberan Running, quienes nos dieron una gran sorpresa porque iban en 8avo lugar y subieron hasta el segundo. Lo impresionante, ninguna de las 4 rebasa los 18 años ¡fue maravilloso ver a la nueva generación de corredoras dándolo todo!
Y el “duelo” entre el 3º y 4 º lugar fue épico, tan emocionante como el de una carrera de talla internacional. Los sprints que hicieron nos dejaron sin aliento, competencia pura y dura, de esa competencia limpia entre deportistas. El abrazo entre los dos equipos al llegar a la meta fue maravilloso. Escuchar: “gracias por sacar lo mejor de mi”, fue hermoso.
Y así, la tarde transcurrió entre lágrimas, abrazos, gritos, dolor y sonrisas. Todas sorprendidas de ellas mismas por lo que habían hecho. Una medalla que fue un dije de plata hecho por joyeros de Jalisco, después una recuperación muscular rápida a la llegada de la meta con Repair Athletes Station y al final, la recuperación total en el spa de Rodavento, el spot más trendy de Valle de Bravo donde también disfrutaron de una cena deliciosa para convivir con las demás corredoras.
En punto de las 8pm las corredoras volvieron a la CDMX en sus CX-30 de Mazda y las que quisieron, se quedaron en Valle de Bravo para regresar el domingo por la mañana.
Y al final, solo queda dar las gracias a los 20 equipos que participaron. Cambiamos la historia del running en México pero no lo hicimos solas, logramos algo que nunca se había hecho, como mujeres conseguimos tener seguridad desde la salida hasta la meta junto a hombres que nos apoyaron de manera incondicional. Hicimos una carrera en igualdad de género, fomentamos la competencia deportiva entre mujeres y nos quedamos con las lecciones aprendidas, sobre todo emocionales.
Nos vemos en la que sigue.
Con cariño,
Sonia Chávez
@sonitachavez