Disfrutar de correr debería de ser nuestro principal objetivo cuando decidimos practicarlo. Pero hay ocasiones en que ponemos tanto estrés a nuestros entrenamientos o nos exigimos más de lo que deberíamos que terminamos agotadas mentalmente y a veces, hasta preferimos dejar de hacerlo. La fatiga crónica, falta de motivación para entrenar, exceso de pensamientos negativos…
