¿Alguna vez cruzaste una meta y sin saber por qué, comenzaste a llorar?No era tristeza. No era dolor físico.
Era algo que salía desde dentro, como si una puerta se abriera para dejar salir todo lo que habías guardado. Ese nudo en el pecho, esa emoción contenida que no sabías cómo explicar… finalmente encontró…
