Baja de peso comiendo más
A pesar de que la lógica inmediata nos diga que si comemos menos bajamos de peso, tanto en cantidad como en frecuencia, la lógica biológica es diferente, porque el cuerpo piensa que a mayor comida, menor necesidad de guardar energía en forma de grasa. Aunque es esencial para todos los organismos, para las mujeres es aún más importante, porque el estrógeno nos hace el favor de guardar grasa en lugares estratégicos, como las caderas y los senos.
Las colaciones, snacks, tentenpiés, refrigerios o piscolabis son los episodios en los cuales ingerimos alimentos entre las comidas principales: desayuno, comida y cena.
Cuando mantenemos la provisión constante de nutrientes a nuestro cuerpo, el cerebro se relaja, piensa que vive en un ambiente de abundancia y deja de preocuparse por los momentos en que faltará comida.
Esto se logra comiendo cada tres horas, dándole al cuerpo porciones más grandes durante las tres comidas principales y pequeñas cantidades de comida en los refrigerios. El orden de abundancia es de mayor a menor del desayuno a la cena.
Esto nos permite comer de forma moderada en las comidas principales. Ajustar nuestro déficit o exceso de calorías en la siguiente comida, porque tenemos dos variantes: la cantidad y la frecuencia, al contrario que si sólo podemos ajustar la cantidad porque comemos pocas veces al día.
Al comer más veces al día, automáticamente nuestro cuerpo regula la cantidad de alimento, convirtiendo al desayuno en el momento para comer más cantidad que en la cena.
Si logramos un desayuno abundante en proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas y agua podemos iniciar el día con energía y lucidez mental. A media mañana, dependiendo de nuestra actividad física o mental, podemos recuperar lo gastado, si es actividad física, es recomendable consumir más carbohidratos y proteínas (un sandwich); si dedicamos mayor tiempo a la actividad mental, entonces es preferible la grasa, vitaminas y minerales (verdura y fruta), siempre acompañados de agua.
De esta forma, a la hora de la comida sólo reemplazaremos lo gastado de la media mañana a la tarde y evitaremos los atracones y el desgaste del organismo.
Por la tarde, dependiendo de nuestras actividades, podremos rellenar nuestras provisiones con una fruta, un pan con mantequilla de maní, barritas de cereales y fruta o rollitos de jamón, para llegar a la cena sin hambre y consumir lo mínimo para irnos a dormir, dejando de compensar todo lo que no comimos durante el día en la cena, cuando irremediablemente nuestra actividad será mínima durante el sueño.
Ya lo sabes, come al menos 5 veces al día para acelerar tu metabolismo. ¿Lo haces?