El lupus corre conmigo: Laura Román

Mi nombre es Laura, tengo 25 años y soy corredora. Estuve pensando durante mucho tiempo en escribir esta carta, y al fin me decidí, no por mí, sino por todas las personas que corren con alguna enfermedad.

Hace siete años me diagnosticaron Lupus Eritematoso Sistémico, y aunque trato de vivir una vida normal, es cierto que debo de tener algunos cuidados, tomar mi medicamento y tratar de sobrellevar la enfermedad lo mejor posible. El Lupus no me define, soy mujer, soy esposa, soy amiga y soy corredora.

Empecé a correr hace dos años y medio con dos de mis mejores amigas, y a partir de ahí, mi vida dio un giro de 180 grados, mis dolores articulares fueron desapareciendo al igual que los efectos secundarios de la medicina en mi cuerpo, y lo mejor, el número de recaídas por año se redujo significativamente.

Mi doctor, al igual que yo estaba maravillado con los resultados y me animó a que siguiera corriendo ahora ya como parte de mi tratamiento. Correr mejoró mi calidad de vida. Para mí, no hay nada que se le compare a la emoción de estar en la línea de salida de una carrera, esa adrenalina que recorre todo mi cuerpo es una sensación que no la cambio por nada.

Durante mis carreras, he llorado de la emoción y de la felicidad que me da el poder correr, esa libertad que sientes cuando haces aquello que más te apasiona, en ese momento, aunque el cansancio y el dolor son reales, me siento la mujer más fuerte, viva y hermosa del mundo y a eso, le llamo felicidad.

Sé que no soy la única persona que padece alguna enfermedad y es corredora, sin embargo, creo que poco se habla del tema, correr no solo me ha permitido gozar de buena salud, sino que también he tenido la oportunidad de conocer gente grandiosa que se han convertido en amigos de por vida. No importa si tienes alguna enfermedad o discapacidad, siempre puedes encontrar una mejor manera de sobrellevar las cosas, para mí, la respuesta siempre ha sido correr.

Yo no corro con lupus, el lupus corre conmigo.

Con amor, Lau.