Nada es imposible con la mente fuerte
Todo comienza a escribirse cuando a causa del estrés por tanto trabajo estuve en el hospital con principios de parálisis facial, en ese tiempo le daba prioridad más a lo laboral que a mi persona. No me daba tiempo para hacer ejercicio, llegué a pesar casi 60 kgs, soy una persona de estatura baja, mido 1.60m y mi vida nunca había sido tan sedentaria. Fue en ese lapso que me despidieron a las 3 semanas, sentí que el mundo se terminaba, pero lo mejor estaba por venir.
Tuve la oportunidad de estar unos meses en Estados Unidos con la familia de una gran amiga de la infancia, son mi segunda familia y estando conmigo en esos momento difíciles, fuimos a esquiar a una montaña inmensa llena de nieve. Fue un gran reto, comencé a esquiar y cuando se hacen las cosas por primera vez es con mucho temor, caí varias veces con esos esquís por ser algo desconocido para mí, sin ayuda de nadie, la gente me veía que batallaba al querer levantarme y pasaban como si nada y sin ayudarme, en ese momento comprendí que así es la vida, que la gente te ve caer, pero solo tú eres la única persona capaz de levantarte por ti misma si quieres seguir adelante.
Comencé a estudiar inglés, y por las tardes tuve el gusto de empezar a caminar, fui disfrutando de aquellos paisajes tan hermosos y poco a poco tuve la iniciativa de querer correr, ahora la pista es la mayor motivación en mi vida y al volver a México baje 12 kilos.
Al pasar el tiempo, hice un grupo de amigas y junto a ellas, mi hermana y yo nos íbamos a correr a las 6:00 am antes de irnos a trabajar y nos inscribíamos a las carreras. Al pasar el tiempo cada quien tomó rumbos distintos y ahora corro sola en la pista, pero disfruto tanto ese momento, mi momento de reflexión, simplemente mi momento.
Lo que en este 2015 me hizo más fuerte fue que en un día como cualquiera, mi papá comenzó a sentirse mal de salud, entre estudios y estudios y distintos doctores le practicaron una biopsia y aunque nadie lo esperábamos, la biopsia salió positiva y supe que mi papa tenía cáncer. La noche en la que me dieron la noticia lloré tanto que solo pedía a Dios no se lo llevara, le decía: “tu eres quien tiene la última palabra”, pensaba que todavía había tanto por vivir y compartir.
Al siguiente día me levanté tan temprano como pude y corrí tanto que no recuerdo la distancia, solo quería sacar eso que sentía, supe que la vida era ver hacia adelante, sin voltear atrás, solo aprendiendo del pasado, de este viaje recorrido.
Meses antes había decidido entrenar para correr mi primer medio maratón. En cada entrenamiento aprendí a cambiar esas lágrimas por el sudor de mi frente y le dediqué esos 21 kms con toda mi fuerza a mi papá, por su lucha ante tan terrible enfermedad.
Eso me llevó a tener una mente equilibrada ante las adversidades de la vida, una mente fuerte…tener el gusto y la oportunidad de correr me ha permitido disfrutar de la vida, siempre he pensado que cada kilómetro recorrido es un reto, en donde hay lesiones, pero todo se supera si así lo deseas, cada día escribimos una página distinta del libro de nuestras vidas, dándole un título que es nuestro nombre.
Llegó el día tan esperado, mi esposo me decía: “¿Estás segura de aguantar esos 21 kms? ya que 2 semanas antes estuve enferma de gripa sin poder entrenar, le contesté que no había entrenado durante meses como para no aguantar y así hice mi medio maratón.
Siempre he sabido que tengo el mejor equipo llamado familia, en la salida estaba mi esposo, me acompañó e inicié el recorrido, en cada kilómetro estaba alguien de mi familia, mi mamá, mis hermanas, sobrinas, mi cuñado y mi esposo, todos con sus porras, inyectando esa emoción para continuar corriendo, lo mejor es que tuvieron que desplazarse unos kilómetros ya que no radicamos en la misma ciudad.
Han sido mi motor junto con mi esposo que me apoya en mis locuras y terminé mis 21 kms con mi R.P. de 1:45 min.
Y aunque mi papá ese día no pudo estar presente, le dediqué con toda mi fuerza y mi corazón esos kilometros. Pasaron unas semanas y llegó el día en que le darían la fecha a mi papá para su operación, el recorrido de mi mente era una larga carrera, con un largo kilometraje, en donde no sabía hasta dónde mi podómetro podría marcar el fin de esta historia, imaginándome muchas noches en el pasillo de un hospital, quimioterapias y lo que estaba por venir.
Dios es grande y la fe mueve montañas y a veces no sabemos qué tan largo o qué tan corto es nuestro recorrido, muchas personas se quedaron en el camino al no terminar esl 2015, pero a mi papá y después de tantos estudios con 7 doctores distintos entre Oncólogos, Urólogos, Patólogos, le dijeron: ¡usted NO tiene cáncer!
Difícil de creer para muchos pero los milagros sí existen, mi papá está perfectamente estable de salud y pasó esta Navidad con el mejor regalo llamado ¡salud! Otro año nuevo en familia con un verdadero milagro y aunque los doctores podrán llamarlo “enigma médico”, nosotros le llamamos milagro. Ahora después de esto, mi meta para este 2016 es correr en menos de dos meses otro medio maratón y a corto plazo, esos 42 kms en la Ciudad de México, ¡ese maratón que tanto he soñado!
Porque el correr no tiene límites, habrá dificultades, pero ¡nada es imposible si tu mente es suficientemente fuerte!
Feliz Año 2016 para todas las corredoras.
Su amiga, Luce Villalobos