6 tipos de dolor que puedes superar al correr y cómo hacerlo
Para una corredora el dolor es parte del proceso y no necesariamente es malo todo el tiempo. En el fondo, nos gusta esa sensación de quemazón en las piernas después de una carrera intensa, pero más allá de eso, el dolor (y no me refiero al que te paraliza) sino a la incomodidad a la que terminamos acostumbrándonos y que nos hace superar cualquier prueba. Sin embargo, aquí te dejamos los dolores más comunes de una corredora y cómo podemos aliviarlos de inmediato.
- Dolor de caballo o agujetas. Se produce en un costado y en la parte superior del estómago, debajo de las costillas. Se trata de un calambre en tu diafragma. Lo que debes hacer es que si vas corriendo, bajes el ritmo y exhales, presiona tu estómago y si no cede, deténte y realiza inhalaciones y exhalaciones profundas has que desaparezca.
- Piernas pesadas. Seguramente has estado mucho tiempo entrenando en exceso o bien, no te has hecho un masaje para eliminar los desechos tóxicos que te ha generado el entrenamiento. Tus fibras musculares están dañadas y el cerebro reacciona así para protegerte de un daño posterior. Lo que debes hacer es bajar el paso, ir a un masaje y descansar un par de días.
- Dolor de cabeza. Por lo regular, el dolor de cabeza durante la carrera se debe a un estado de hipoglucemia y por lo mismo, tus músculos y cerebro no está recibiendo los niveles de glucosa que necesita para continuar. Lo que necesitas hacer es comer una buena dosis de carbohidratos para reponerte y beber agua porque también podría tratarse de una deshidratación. Sin embargo, existen problemas más complejos que lo podrían causar, si es constante, acude al médico.
- Calambres en las piernas. Nadie sabe la causa exacta de un calambre pero podría tratarse de un desequilibrio de electrolitos, deshidratación o de un truco mental cuando sientes que ya no puedes mantener el ritmo que traías. Cuando te pase, deténte y estira, baja el paso y continúa a un ritmo más lento. Si no cede, mejor abandona y recupérate.
- Deshidratación. Si empiezas a sentir resequedad en la boca, demasiada sed, tu cara se llena de sal o tu frecuencia cardiaca aumenta, es señal de que has perdido bastantes líquidos. Nunca llegues a ese extremo porque si no pones atención, podrías tener consecuencias fatales. Lo mejor es beber todo lo más que puedas en ese momento para recuperarte, sobre todo, con electrolitos.
- Rozaduras y ampollas. Lo mejor es prevenir y para eso te recomendamos aplicar lubricantes en las zonas que consideres se te pueden rozar o ampollar, y también, en el caso de las ampollas, usa calcetines transpirables y corre con un calzado que no te apriete ni te quede tan flojo. Si ya sientes una ampolla durante la carrera, lo mejor es detenerse y pedir auxilio a los paramédicos para que te ayuden a curarla si el dolor ya es muy severo o está sangrando demasiado para evitar una infección.
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