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El Diálogo Interno de una Corredora que rompe marcaS

Todas lo hemos vivido. Estás a mitad de una carrera, tus piernas empiezan a quemar, el aliento escasea y, de repente, una voz se enciende en tu cabeza: “No puedes más”, “Esto es demasiado difícil”, “Para, no vale la pena”. Esa voz, ese diálogo interno, puede ser tu mayor aliado o tu peor enemigo en la pista y en la vida. Como corredoras, no solo entrenamos nuestro cuerpo, sino también nuestra mente. Y aprender a dominar esa conversación interna es una de las habilidades más poderosas que podemos desarrollar.

¿Qué es el Diálogo Interno y por qué es Tan Importante?

El diálogo interno es esa charla constante que tenemos con nosotras mismas. Incluye nuestros pensamientos, creencias, juicios y autoevaluaciones. En el contexto de la carrera, puede manifestarse como pensamientos motivadores (“¡Vamos, tú puedes!”, “Un kilómetro más y lo logras”) o como pensamientos negativos o limitantes (“Soy muy lenta”, “No estoy en forma”, “Me voy a lesionar”).

La importancia de este diálogo radica en su impacto directo sobre nuestro rendimiento y, crucialmente, sobre nuestra salud emocional. Un diálogo interno negativo no solo nos desmotiva y nos hace querer abandonar, sino que también genera estrés, ansiedad y erosiona nuestra autoestima. Por el contrario, un diálogo interno positivo nos impulsa, nos da fuerza cuando las cosas se ponen difíciles y nos ayuda a disfrutar más cada zancada, incluso en los momentos de mayor esfuerzo.

Identifica a tu Crítico Interno: El Primer Paso para Transformarlo

El primer paso para cambiar tu diálogo interno es tomar conciencia de él. ¿Qué te dices a ti misma cuando corres? ¿Predominan los pensamientos de autoexigencia extrema, de crítica o de duda? Presta atención a esos momentos de fatiga, frustración o dolor. Es ahí donde tu crítico interno suele hacer su aparición más fuerte.

Pregúntate:

  • ¿Me hablo con la misma compasión que le hablaría a una amiga?
  • ¿Mis pensamientos me están impulsando o frenando?
  • ¿Qué historia me estoy contando sobre mi capacidad como corredora?

Muchas veces, estos pensamientos negativos son automáticos, aprendidos o internalizados de experiencias pasadas. No te juzgues por tenerlos; simplemente obsérvalos sin apego.

Estrategias para Reencuadrar y Construir un Diálogo Interno Impulsor

Una vez que identificas tus patrones de pensamiento, es hora de reencuadrarlos. No se trata de ignorar el cansancio o el dolor, sino de cambiar la narrativa sobre cómo los afrontas.

  1. Reemplaza lo negativo por lo neutro o positivo:
    • En lugar de “Soy muy lenta”, prueba: “Hoy estoy avanzando a mi propio ritmo” o “Cada zancada me acerca a mi meta”.
    • En lugar de “No puedo más”, prueba: “Esto es un desafío, pero soy fuerte y puedo manejarlo” o “Voy a dar un paso a la vez”.
    • En lugar de “Me duele”, prueba: “Estoy sintiendo mi cuerpo trabajar, estoy fuerte” o “Respiro hondo y me enfoco en mi objetivo”.
  2. Usa Afirmaciones positivas y específicas:
    • Antes de salir a correr, o cuando sientas que la energía baja, repite frases como: “Soy una corredora fuerte y resiliente”, “Mi cuerpo es capaz de grandes cosas”, “Disfruto cada kilómetro y me siento en paz”. Hazlas personalizadas y creíbles para ti.
  3. Visualización guiada:
    • Antes o durante la carrera, cierra los ojos por unos segundos e imagínate logrando tu meta, sintiéndote fuerte y plena. Visualiza la sensación de cruzar la meta o de completar tu distancia con éxito. Siente la alegría y la satisfacción.
  4. Enfócate en el proceso, no solo en el resultado:
    • Si te obsesionas con el tiempo o la distancia, puedes generarte más presión. En su lugar, enfócate en la sensación de tus pies al tocar el suelo, tu respiración rítmica, el paisaje a tu alrededor. Celebra cada pequeño avance, no solo el final.
  5. Practica la autocompasión:
    • Habla contigo misma como lo harías con tu mejor amiga. Reconoce que habrá días buenos y días malos. Si un día no rindes como esperabas, no te castigues. Acepta que es parte del proceso y recuerda tus fortalezas.
  6. Usa una palabra clave o un mantra:
    • Elige una palabra o frase corta que te impulse y repítela cuando necesites un empujón: “Fuerza”, “Respirar”, “Uno a la vez”, “Paz”.
  7. Conecta con tu “Porqué”:
    • Cuando el diálogo negativo intente tomar el control, recuérdate por qué empezaste a correr. ¿Es por tu salud, por la sensación de libertad, por manejar el estrés, por la conexión contigo misma? Reconectar con tu propósito más profundo te dará una poderosa razón para seguir adelante.

Recomendaciones Adicionales para Fortalecer tu Mente CorredorA

  • Lleva un diario de running: Anota no solo tus distancias y tiempos, sino también cómo te sentiste, qué pensamientos surgieron y cómo los manejaste. Esto te ayudará a identificar patrones y celebrar tus avances mentales.
  • Escucha podcasts o audiolibros inspiradores: Durante tus carreras, elige contenido que te motive, te eduque sobre la mentalidad deportiva o te conecte con tu propósito.
  • Rodéate de positivismo: La energía de las personas con las que entrenas o interactúas en línea puede influir en tu propio diálogo interno. Busca comunidades que te eleven y te inspiren.
  • Celebra tus pequeñas victorias: Cada vez que logras reencuadrar un pensamiento negativo o que persistes a pesar del cansancio, ¡celébralo! Refuerza el comportamiento positivo.
  • Recuerda que eres suficiente: Tu valor como corredora y como persona no depende de tu velocidad, distancia o el número de calorías quemadas. El simple acto de mover tu cuerpo y dedicarte tiempo a ti misma ya es una victoria.

Transformar tu diálogo interno es un proceso, no un evento único. Habrá días en que la voz crítica sea más fuerte, pero con práctica y persistencia, puedes entrenar a tu mente para ser tu mayor animadora. Al hacerlo, no solo te convertirás en una corredora más fuerte, sino también en una mujer más resiliente, segura y en paz contigo misma. Este entrenamiento mental es, quizás, el mejor kilometraje que jamás sumarás.

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